La cirugía de daños es un abordaje para el tratamiento de los pacientes con politraumatismo severo que consiste en la realización de una cirugía en cuatro etapas: fase prehospitalaria, cirugía inicial (a menudo de urgencia), estabilización del paciente en la Unidad de Cuidados Intensivos y vuelta al quirófano para ser intervenido. Se trata de resolver los problemas del paciente en varias etapas y no en una sola cirugía, como se había hecho tradicionalmente con peores resultados de mortalidad.
El proceso se lleva a cabo gracias al trabajo en equipo de sanitarios de diferente formación y especialidad (personal de emergencias, área de urgencias, UCI, enfermería de planta, etc.), siendo en él la enfermería una pieza clave. La efectividad de la cirugía de control de daños depende, en buena medida, de la coordinación entre todos los agentes sanitarios involucrados, de ahí la importancia de conocer el protocolo.
Redacción