Comunicación terapéutica
Los encargados de impartir las charlas han sido reconocidos profesionales de distintos hospitales y centros de salud como Diego Ayuso, director de Unidad de Gestión Clínica-Cardiología del Hospital Universitario de Getafe. En su ponencia, Ayuso ha hablado de comunicación terapéutica centrada en pacientes, familia y profesionales: “La formación técnica que tenemos se tiene que completar con la humanística, y dentro de esta la comunicación es fundamental. Debemos informar de nuestra actividad asistencial, el código deontológico recoge que tenemos que informar al paciente de todo lo que hacemos de manera clara y veraz, y eso, en la práctica asistencial, no siempre se hace”, ha explicado Ayuso, que añade que “si escucháramos más al paciente, si nos comunicáramos más con él y resolviéramos sus dudas, seríamos capaces de reducir su ansiedad y sus preocupaciones, y eso se traduciría en una mejora del tratamiento. No podemos permitir que la información al paciente llegue por rumores, ni que llegue tarde o no sea clara”.
Comunicar bien las malas noticias
Por otro lado, Manuela Antón Onrubia, supervisora general en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, centraba su ponencia en cuáles son las claves para ayudar al paciente a menejar el duelo y cómo dar bien las malas noticias. “Como enfermeras –explica Antón- nos enfrentamos diariamente a las preguntas del paciente, a sus miedos y ansiedades. A veces te preguntan por qué les ha tocado a ellos la enfermedad, por ejemplo, y tienes que saber darles respuesta. Tienes que saber de comunicación y hacerla fluida y gratificante”.
Para ella, las claves de la buena comunicación con el paciente son “la empatía, la escucha activa y la capacidad para sacar la emoción y las angustias del paciente a través de preguntas que les hacemos para poder darles respuesta. También es importante mantener los silencios para dejar que el paciente explore todos sus miedos.”. Antón insiste en que “el acompañamiento emocional es fundamental en todas las situaciones difíciles de la vida. Además, a la vez que ayudas al paciente te ayudas a ti como profesional: está comprobado que cuando nos sentimos satisfechos con lo que hacemos descienden los índices de incapacidad y bajas laborales, porque la motivación es superior a todo lo demás. A veces da miedo enfrentarse a las lágrimas de un paciente, paro hay que superarlo para ayudarle. La enfermería puede hacerlo perfectamente”.
El “síndrome de estar quemado” y el mobbing
Otro ámbito donde la comunicación es clave cuando se trata de la enfermería son los casos de violencia laboral, el burnout (o “síndrome de estar quemado”) y el mobbing (acoso laboral). La encargada de referirse a estos temas en la jornada ha sido Lucia Acuña, prestigiosa psicóloga, que ha explicado que estos problemas aparecen con frecuencia en la enfermería “por ser ésta una profesión que acarrea una gran carga emocional durante su desempeño. Las enfermeras se encuentran con pacientes que atraviesan situaciones muy difíciles, por eso configuran un colectivo especialmente sensible”. Durante su charla, Acuña ha trazado el perfil de la persona que sufre “síndrome del quemado” y mobbing, tanto si se trata de quien lo ejerce como de la víctima, y ha aportado algunas pautas para evitar convertirse en uno de estos casos. “Nos forman como especialistas –explica Acuña- pero la formación no debería estar encaminada sólo a conocimientos en materia técnica. Hay que facilitar al enfermero una situación emocional lo suficientemente equilibrada como para que pueda realizar su trabajo. Somos personas, cada uno somos un mundo y necesitamos herramientas emocionales para conservar nuestro equilibrio mental”.
Entre otros ponentes también han pasado por esta jornada de comunicación José de la Mata Amaya, magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid; Amelia Rodríguez Fernández, directora de Enfermería en el Hospital Nuestra Señora de Fátima de Vigo; y Rosa Salazar de la Guerra, directora de Enfermería en el Hospital de Guadarrama.
Ana Muñoz