El trabajo de Ochoa se ha centrado en el tramo de 3º de Educación Infantil, analizando el modelo y resultados de esta sensibilización realizada en niños de 5 a 6 años, incorporando las reacciones y criterio de sus profesores y los sentimientos de los propios alumnos.
Los resultados de valoración realizados por Ana Belén Ochoa, enfermera ESAD (Equipos de Soporte de Atención Domiciliaria), en colaboración con la voluntaria Gurutze Larrayoz y Pilar Huarte, responsable de Voluntariado, han merecido el premio entre más de 400 trabajos en el XIII Congreso de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos bajo el lema "Dando valor a la vida".
El Programa Se+ es una iniciativa creada y sostenida por los profesionales de Atención Paliativa del Hospital San Juan de Dios y el equipo de voluntariado, que cuenta con el refrendo del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra y se desarrolla en los colegios de Navarra.
Ana Belén Ochoa ha destacado la buena respuesta del profesorado al proyecto de San Juan de Dios. "Los maestros y los colegios aceptan y valoran nuestro planteamiento y de hecho, nos llaman y repiten curso a curso", ha destacado. Además, ha resaltado la apertura y naturalidad de los niños al abordar temas relacionados con la muerte. "Valoramos el dato que nos dice que el 96% de los niños habla y comparte sus experiencias", ha apuntado.
El póster presentado "resume la actividad y resultados de un programa que intenta una normalización de la muerte y duelo y ha tenido como objetivo, además, valorar el grado de satisfacción del profesorado y de los niños asistentes a nuestro taller de 90 minutos de duración". La metodología utilizada centra una muestra de 588 niños y 41 profesores en un estudio prospectivo descriptivo ceñido al curso 2020-2021. El análisis recoge la valoración de profesorado a través de una encuesta tipo 'lickert' y el de los niños mediante test proyectivo.
El profesorado respondió y puntuó positivamente cuestiones formales como la duración del taller, la adecuación de los contenidos o el conocimiento y la interactuación del ponente. También opinó sobre la comodidad con la que profesorado (siempre presente en el aula) y el alumnado asistieron a la sesión, con una respuesta unánime: el 100% se sintió cómodo. La encuesta entró en cuestiones de fondo para determinar cómo la mayoría de los niños (un 96%) ha hablado, compartido y reflexionado sobre alguno de los contenidos del taller y cómo esta actividad les ha ayudado a comprender el ciclo de la vida, a cuidar y a cuidarse en la adversidad y a manejar las emociones.
Otro aspecto muy destacado, ha afirmado Ana Belén Ochoa, "ha sido comprobar cómo en las sesiones han salido los sub-conceptos clave para la adecuada formación del concepto de muerte: irreversibilidad, universalidad y cese de las funciones vitales".
Por su parte, el test aplicado a los niños establece que el 85% (501 alumnos) se ha sentido contento al finalizar el taller frente a un 8% (49 alumnos) que manifestaron sentirse tristes por la coincidencia de la muerte de algún familiar o mascota, o por alguna circunstancia puntual que les ha ocurrido.
Ana Belén Ochoa concluía que "el análisis realizado nos permite ver que el taller está adecuado en formato, contenido y duración; que resulta muy favorable realizarlo en el aula y contando con la presencia del maestro y que la respuesta que dan los niños está muy valorada por el profesorado y resulta gratificante desde nuestro punto de vista y objetivos".