Damas de la lámpara

Seis enfermeras de Oncología lucen ya en sus respectivos pijamas la distinción como “Damas de la lámpara”, un reconocimiento que llega de los propios pacientes a través de una iniciativa puesta en marcha por la Fundación Sandra Ibarra. Los galardones, que nacen en el ámbito de la Comunidad de Madrid, se extenderán al nacional en su segunda edición, en 2020, en la que ya están trabajando.

La entrega, que tuvo lugar en la Universidad Autónoma de Madrid, destacó por la emoción y el agradecimiento de quienes organizaban los premios, la Fundación Sandra Ibarra; de quienes habían participado en la elección, familiares y pacientes oncológicos; de quienes han creído en el proyecto, como el Consejo General de Enfermería; de las enfermeras distinguidas, seis en total; y del resto de asistentes, conmovidos por los testimonios de unos y otros.

“Damas de la lámpara”

Las distinciones, denominadas como “Dama de la lámpara” en homenaje a Florence Nightingale, se dividieron en dos categorías, una dirigida a reconocer el trabajo de las enfermeras que trabajan en Oncología pediátrica y otra en Oncología de adultos. Dentro de cada una de ellas, los pacientes, que eran quienes votaban, tenían que elegir a las enfermeras más empáticas, más entrenadoras -por su labor de educación en salud- y más llenas de vida. Estas últimas, decía Sandra Ibarra, presidenta de la Fundación que lleva su nombre, son “esas enfermeras inconfundibles que con su alegría y vitalidad ponen color al día en cuanto llegan al hospital”.

Todas ellas son necesarias porque, como apuntaba Lourdes Chocarro, enfermera oncológica pediátrica del Hospital Niño Jesús de Madrid, “aunque la técnica sea la misma, el hecho de acercarnos con empatía y calor al paciente, cambia su experiencia y la de sus familiares”.

En esta misma línea, María Luisa Cid Galán, profesora de Enfermería de la UAM, quiso compartir su experiencia como paciente oncológica y reconoció que “más allá de la competencia técnica de las enfermeras, está su función de acompañamiento, a veces, incluso, en silencio, en algunos momentos, muy necesario”. Para Cid Galán, haber sido paciente le ha servido para “sentirme doblemente orgullosa de ser enfermera”. “Somos espectadoras privilegiadas de la vida” concluía citando a otra compañera de profesión.

Distinciones

Y en esta edición, las enfermeras reconocidas como “Damas de la lámpara” han sido, en la categoría de Pediatría: Marta Ausín López, del Hospital Niño Jesús, por su empatía; Paloma Horcajo Perales, del Hospital 12 de Octubre, por su labor entrenadora, y María Jesús Sánchez Martín, del Hospital Niño Jesús, por su vitalidad. En la de adultos, se distinguió a María José García Sanguino, del Hospital Gregorio Marañón, como la más empática; a Elena González Jadraque, del Hospital Fundación de Alcorcón, como entrenadora, y a Carmen Vilela Li, del Reina Sofía, como la más vital.

Todas ellas recibieron de manos de autoridades, pacientes y familiares un pin que a partir de ahora lucirán en su pijama y que las distinguirá por su entrega como enfermeras.

En esta primera edición, sólo ha habido “Damas”, y es que, como explicaba Sandra Ibarra, “aunque también ha habido enfermeros muy votados, es una profesión en la que las mujeres son mayoría, por lo que no nos ha sorprendido que el resultado haya sido este”. Aún así, mostró su convencimiento de que en próximas ediciones distingan también a algún “Caballero de la Lámpara” y es que su dedicación y entrega es intrínseca a la profesión y va más allá del género.

Sandra Ibarra, aprovechó el encuentro para reivindicar el trabajo de la enfermería, fundamental en la humanización de la Sanidad, e insistió en la necesidad de “poner cara” a todas las enfermeras que en su día a día se dedican al cuidado de las personas.

La otra cara de estos premios, junto a la de Sandra, es la de Eva García Perea, directora del Departamento de Enfermería de la UAM, quien se deshizo en agradecimientos hacia todos los que habían hecho posible estos premios, entre ellos, muchas estudiantes voluntarias que a pesar de estar en plenos exámenes habían conseguido sacar tiempo para ayudar en la organización de este acto.

Precisamente, tras el acto de entrega, la vicepresidenta del Consejo General de Enfermería (CGE), Pilar Fernández, estuvo hablando con estas estudiantes a las que felicitó por su trabajo. Para la vicepresidenta del CGE, “estos premios suponen reconocer la labor de las enfermeras que en silencio, día a día, están al lado de los pacientes, cuidándoles, curándoles y dándoles también cariño y amor”. Por ello, ha añadido, “hay que felicitar a la Fundación Sandra Ibarra” y es que “ha sido un acto emotivo, gratificante, en el que hemos llorado, hemos compartido… es un orgullo para todas nosotras”.

Contenido revisado en Marzo de 2024.
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