La Comisión Ejecutiva de dicha corporación ha decidido su entrega por entender que se han realizado trabajos extraordinarios, con iniciativas provechosas, así como una constancia ejemplar en el cumplimiento de sus deberes, guardando y haciendo guardar el Código Deontológico que rige la profesión de Enfermería.
En palabras de su presidenta, Raquel Rodríguez Llanos, “se entrega en reconocimiento a la gran labor de nuestra colegiación y su compromiso con los pacientes a los que cuidan, con su ciudadanía. Como consecuencia de la pandemia, hemos tenido la oportunidad de demostrar a la sociedad la profesionalidad de nuestras enfermeras, su dedicación, su vocación y la puesta a disposición de estas más allá de sus obligaciones profesionales, no como un trabajo sino una forma de vida. Somos una profesión de ayuda y servicio esencial, y cuidar ha sido el valor propio que aportamos a la sociedad. Podemos vivir sin curación, pero no podemos vivir sin cuidados de enfermería, siendo en algún momento necesarios en el discurrir de nuestras vidas… que todas y todos vamos a necesitar, grandeza sin duda de nuestra profesión, y que nos caracteriza».