Con este acto, la enfermería de Málaga reconoce y agradece públicamente la dedicación de estas enfermeras a una profesión esencial para garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario. “El día en el que una enfermera obtiene su título profesional, no es que haya concluido los estudios, sino que comienza su etapa de aprendizaje. Hoy, reconocemos el aprendizaje, la dedicación profesional y esfuerzo de estos profesionales” ha explicado José Miguel Carrasco, presidente de las más de 8.000 enfermeras colegiadas de Málaga.

Antigüedad

Por su parte, la entrega de distinciones colegiales se ha realizado de manera ordenada por antigüedad de colegiación. En concreto, los colegiados Manuel del Villar Salinas, José Luis García Ramírez y Francisco García Ramírez han recibido el reconocimiento de sus compañeros, así como la popular insignia de oro, por su más medio siglo de dedicación al cuidado de los malagueños y malagueñas, mientras que otro medio centenar de profesionales de la Enfermería han sido distinguidos por sus 25 años de ejercicio en pro del bienestar de la provincia.

Jubilados, valor añadido para el sistema sanitario

Además, el Colegio de Enfermería de Málaga ha querido dedicar un especial homenaje al colectivo de enfermeras jubiladas que, desde el inicio de la crisis sanitaria, han sido ejemplo de compromiso, profesionalidad y predisposición; ejemplificando los valores de interés por el cuidado y la promoción de la salud. Por su parte, Francisco Cuevas, presidente de la Asociación de Jubilados del Colegio ha querido dedicar unas palabras muy emotivas a los cerca de 25 profesionales de enfermería que se han jubilado desde 2019, dejando un hueco insustituible en el sistema sanitario de la provincia.

El colectivo de enfermeras jubiladas encarna los valores de la profesión enfermera. En la crisis sanitaria, han demostrado estar a la altura de las circunstancias, siendo ejemplo de compromiso, profesionalidad y predisposición para ayudar en la lucha contra la pandemia. “La profesión enfermera significa cuidar a los demás, ser las manos que cuidan a otros mientras te sientes bien haciéndolo. Por eso, cuando un profesional de enfermería se jubila, no deja de ser enfermera ni de querer ayudar o compartir conocimiento, contribuyendo al desarrollo de la profesión” explica Cuevas.