En el estudio se utilizaron un total de 139 catéteres tunelizados en 100 pacientes, que mostraron como, aplicando un protocolo estricto de asepsia de manipulación del cateter para hemodiálisis, se logra una tasa de bacteriemia relacionada con el catéter que se puede clasificar de excelente, ya que ni a nivel global de los cinco años, ni en cada uno de los años por separado se ha superado una tasa de 1/1000 días de catéter.
Arribas expone en su investigación que “en toda unidad de hemodiálisis deberían existir protocolos escritos de todos los procedimientos relacionados con la manipulación de los catéteres y debería realizarse una evaluación periódica de su seguimiento, con el fin de evitar su incumplimiento con el paso del tiempo”.
Además, concluye que no se encontraron diferencias con respecto a la edad, el sexo, la diabetes, el índice de comorbilidad de Charlson y la localización de los catéteres entre los pacientes que padecieron una bacteriemia relacionada con el catéter de los que no.
Redacción