La enfermera estudió durante un año a todos los pacientes que estuvieron en el Hospital Universitario Joan XXIII de Tarragona, con diagnóstico de mieloma múltiple, que no tenían patologías neurológicas previas y que habían recibido tratamiento con Bortezomib. “Algunos pacientes llevaban una evolución de varios años y otros habían sido diagnosticados y tratados durante el periodo del estudio pero como mínimo tenían que haber recibido dos ciclos del fármaco”, explica Sonia Expósito, que actualmente sigue con la investigación para realizar una tesis doctoral.
El estudio, dirigido por los médicos Jordi Casanova y María Luisa Albina, concluye que la neuropatía periférica es el efecto adverso más incapacitante asociado a Bortezomib y que no sólo puede conllevar a la disminución o supresión del tratamiento sino a una afectación y limitaciones determinantes en las actividades de la vida diaria del paciente.
Para Expósito, ha sido una sorpresa conseguir este galardón, puesto que “no esperaba ganar el premio y siempre está bien que se reconozca tu trabajo”.
Ángel M. Gregoris