La enfermera considera que este premio se lo han dado a ella porque ha sido coordinadora médica, pero es un reconocimiento a toda la institución. “Es una manera de volver a poner el ébola encima de la mesa porque parece que como ya no hay casos en Europa la enfermedad ha desaparecido y no es así. Seguimos trabajando y teniendo un montón de recursos puestos en esta intervención”, afirma Alía.
Para ella, el problema del ébola ha sido un esfuerzo que les ha llevado al límite de su capacidad. “Ha sido la intervención más grande que hemos hecho y hemos tenido que pedir ayuda. Aun así, estamos muy orgullosos del esfuerzo, pero nos hemos sentido un poquito solos”, destaca.
Ángel M. Gregoris