Silvia Sanmiguel y Mónica Bergondo

El Ministerio de Sanidad reconoció dos prácticas realizadas por la Unidad de Hospitalización del Hospital Virxe da Xunqueira en relación a los nacimientos de bebés en el centro a principios de este año. La supervisora de Enfermería, Silvia Sanmiguel, y la enfermera responsable de la consulta perinatal, Mónica Bergondo, cuentan en qué consisten estas diferencias con respecto a otros hospitales cuando una mujer va a dar a luz en Cee. “Nuestra labor está centrada en la unidad de hospitalización e intentamos que tanto antes como después del parto la situación sea menos intervencionista, con más acompañamiento y dando protagonismo a los padres en el cuidado de su bebé”, comienza relatando Sanmiguel. En este hospital nacen cada año alrededor de 200 bebés y desde hace dos años, el personal sanitario se ha volcado en que sus padres asuman su llegada de la manera más relajada posible. La primera de las prácticas reconocidas es una consulta para madres y sus acompañantes en la semana 36 de embarazo que se puso en marcha en marzo de 2013. “Surge porque veíamos que los padres tenían muchas dudas sobre el ingreso, estaban muy desubicados sobre lo que iba a pasar… y eso conllevaba dificultades para ellos”, explica Bergondo, que atiende en exclusiva esta visita. El personal de enfermería de la unidad de hospitalización se dio cuenta de que los padres estaban focalizados en el momento del parto y, con respecto al resto, estaban muy despistados. Y es ahí donde se encontraban las dificultades. La consulta está ubicada en la planta de hospitalización, donde van a estar el bebé y sus padres justo después del parto, y es una habitación como las de ingreso.

En vez de cama hay un escritorio y sillas, pero el resto está dispuesto tal como estará en la que ellos pasarán entre dos y tres días y tiene diferencias con respecto a otras habitaciones: tiene un temperatura constante de 23 grados, color amarillo suave en las paredes o vinilos infantiles. Cuando se le propone a la madre la asistencia se le pide que le acompañe la persona que estará con ella a lo largo de esas jornadas.

“Detectamos que las mujeres estaban poco informadas y, las personas de alrededor, menos. Creímos importante que tanto la mujer como el acompañante tuvieran la misma información y que esta fuera en la misma línea”, relata la enfermera. Las cuestiones importantes que se tratan en la consulta son fundamentalmente explicarles cómo va a ser su estancia en la hospitalización, conocer sus expectativas sobre el proceso y resolver dudas que se le planteen de cara a conocer los recursos que van a tener disponibles, además se promueve la lactancia materna –con el fin de fomentarla-, las visitas al hospital –para intentar racionalizarlas- o los trámites que tendrán que hacer en los primeros días tras el nacimiento. En la consulta se les entrega una guía de recomendaciones con todo lo hablado en la cita y se les solventa cualquier duda que les haya surgido o les surja durante la entrevista. “Es como un recordatorio para recalcar la información que deberían tener a estas alturas del proceso y para que, si no la tienen, aún estén a tiempo de adquirirla con su matrona de Atención Primaria de referencia”, plantea la enfermera responsable.

Ya sea el ingreso justo antes del parto o ya después, en la Unidad intentan que la mujer y su acompañante tengan una habitación para ellos solos –hay tres preparadas para tal fin- y garantizan que, dentro de lo normal, ambos estarán juntos en todo momento. Pero no sólo los dos adultos. El recién nacido también se queda en la habitación hasta que se vaya a su casa. “Todos los cuidados que haya que hacerle al recién nacido se hacen acompañado de sus padres y en la habitación. Si tuviese que salir, que es algo muy excepcional, va con los padres, por ejemplo, a rayos”, explica la supervisora de la unidad.

Aseo diario

Entre los cuidados se cuentan tanto el aseo diario como las pruebas (las metabólicas y el cribado auditivo), así como la exploración médica diaria y el peso y tallaje. También duerme en la habitación. En la Unidad de Hospitalización del hospital de Cee no existe nido para recién nacidos sanos. “Al principio pensábamos que los padres no iban a querer por miedo a ‘lanzarse’ al cuidado de su bebé desde el primer momento, sobre todo durante el baño o para pinchar a su bebé… Y lo que ha sucedido es que lo comentan extrañados, pero no lo rechazan y se muestran animados, por ejemplo, a aprender a bañar a su bebé si nunca antes lo han hecho”, comenta Sanmiguel sobre la reacción de los padres. Esta manera de proceder facilita utilizar medidas no farmacológicas de alivio del dolor cuando se pincha al bebé. Las pruebas como las metabólicas, cuando se hacen en el nido, obligan a contener al bebé inmovilizándolo y eso le perturba mucho. En el Virxe da Xunqueira se pincha al bebé cuando su madre lo está amamantando, con lo que está relajado y no siente malestar alguno. “Es mucho más fácil porque el bebé está tranquilo y la mamá, además, siente que está haciendo un papel muy importante cuidándole”, recalca la enfermera.

Los padres suelen ocuparse de otra parte importante, la de bañar al recién nacido. “El primer día se les instruye y el segundo se les invita y anima a que lo hagan ellos en nuestra presencia. Para ellos supone mucha satisfacción, se ven muy implicados y partícipes ya que tienen su protagonismo de apoyo a la mamá y al bebé”, destaca la profesional de Enfermería. En resumen, todo es mejor para los padres y también para la plantilla del hospital. “Realmente que hagas todas las intervenciones delante de los papás, explicándoles todo, genera una comunicación y un clima de confianza mucho más elevado”, concluye Sanmiguel. Una de las metas de este nuevo proceso es fomentar la lactancia materna y, en lo que lleva de actividad, ya lo ha conseguido. Para comenzar, la estancia en la habitación del bebé anima a mantenerlo piel con piel con su madre, y también con su padre. En este hospital no se regalan suministros gratuitos de sucedáneos de leche ni hay carteles de este tipo de industria a la vista.

Asesoramiento y ayuda

Además, se ofrece lo más importante: todo el asesoramiento y ayuda que la madre necesite. En un año la lactancia materna exclusiva en el momento del alta ha aumentado más de un 20%, de un 38,83 al 62,84% y, por el contrario, ha bajado la lactancia mixta y la artificial. La enfermera Mónica Bergondo aclara que aquellas madres que descartan amamantar a sus bebés no suelen cambiar de opinión, sobre todo porque se debe a motivos fundamentalmente laborales, pero las que sí quieren, lo consiguen: “Lo importante es que a la que sí quiere, la ayudemos. Y eso sí que está pasando”. Además, ya en la consulta previa se les anima a tener en cuenta la asistencia a los Grupos de Apoyos de Madres en los que, entre otras cosas, pueden plantear sus dudas sobre la lactancia y crianza.

Y una vez que los padres y el bebé están bien y van adaptándose a la nueva vida, toca recibir (o no) a la familia y amigos. En la consulta ya se les dan unas consideraciones sobre estas reuniones en el hospital y, según han notado, “hay un cambio importante”. “No se trata de decirles ‘no debes venir’, es explicarles que es mejor limitar las visitas en los primeros momentos para que se recuperen y para que el bebé se adapte poco a poco al nuevo ambiente y tenga un clima íntimo para conocer a sus recién estrenados papás”, expone Bergondo, que añade que así se lo transmiten a sus familiares con cuestiones como promover el vínculo afectivo, minimizar el riesgo de infecciones como consecuencia de que el niño vaya de brazo en brazo o que este necesita tranquilidad ante tantos nuevos estímulos. “Así nadie lo toma como una imposición o algo negativo, sino que los padres ven que son los responsables de ayudar al bebé en su adaptación”, puntualiza la enfermera.

Otra diferencia con respecto a otros hospitales es que todos los datos del bebé quedan informatizados y a disposición de los profesionales sanitarios de Atención Primaria y Hospitalaria (peso, medidas antropométricas, curso médico, valoraciones de lactancia...). Y los progenitores se llevan más cosas. Primero se le ofrece a la madre una consulta intermedia entre la salida del hospital y la primera visita a su centro de salud para dudas o soporte sobre lactancia materna por si lo necesita (altas precoces, apoyo extra por ejemplo con gemelos...). Y, como no se pretende que tengan que memorizar todo lo que se les va enseñando en los dos días de ingreso, se llevan un informe de Enfermería con todos los cuidados que el bebé necesita y también los que precisa la mujer en los siguientes días. “Tampoco se busca que los papás se vayan hechos una enciclopedia así que llevan la guía como soporte que explica la importancia de cada cosa”, bromea la supervisora, a lo que la responsable de la consulta perinatal concluye: “De lo que se trata es de que disfruten del bebé. No tiene que ser una situación estresante, sino al contrario, un momento relajado y bonito, una experiencia especial y única”.

 

Ángela Fernández Casal

Contenido revisado en Marzo de 2024.
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