“Debemos ser conscientes de que los profesionales de la salud nos enfrentamos al desafío de una población vulnerable, con una salud mental castigada por la sobrecarga de cuidado, que genera altos índices de ansiedad, reduciendo la calidad de vida de este colectivo, además de restringir su acceso al mundo laboral, o viéndose forzados por las circunstancias al abandono de la actividad remunerada para dedicarse al cuidado”, afirma León.
Tras analizar los resultados, la mujer sigue siendo el eje central del núcleo familiar, en cuanto a hacerse cargo de esta situación se refiere, provocando la aparición de desigualdades en salud que perpetúan la desigualdad de género, exponiendo a los cuidadores a una situación de vulnerabilidad que dura años, y que puede tener repercusiones graves en el futuro, creando un oxímoron en el que personas que cuidan de personas dependientes, se convertirán en el objeto futuro de cuidado por este motivo.
Victoria Contreras