Neus Badosa

Equipo facultativo del Programa de Insuficiencia Cardíaca del Hospital del Mar, en Barcelona Equipo facultativo del Programa de Insuficiencia Cardíaca del Hospital del Mar, en Barcelona

Es enfermera coordinadora en la Unidad de Cardiología del Hospital del Mar, en Barcelona, desde el año 2005. Su trabajo -y el de sus compañeros- se ha visto recientemente avalado por los resultados de un estudio que demuestra que los programas específicos de insuficiencia cardiaca reducen hasta en un 20 por ciento tanto la mortalidad como los reingresos de estos pacientes.

El estudio, publicado en la revista de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ha analizado a los pacientes expuestos al programa del área integral de salud Barcelona Litoral Mar. En él se destaca cómo la incidencia de esta enfermedad ha crecido más de un 30 por ciento  en los últimos diez años y actualmente afecta al 6,8 por ciento de la población de más de 45 años, causando más de 18.400 muertes según datos de 2012.

Badosa explica que el éxito del trabajo que realizan en su unidad se debe a dos elementos clave: la valoración integral que hacen del paciente y la coordinación con los centros de atención primaria. “Valoramos al paciente como un todo”, explica Badosa. “No sólo tenemos en cuenta el motivo del ingreso. La parte clínica, médica y de tratamiento farmacológico es muy importante, pero debemos tener en cuenta también otros factores. Es muy importante, por ejemplo, el entorno social del paciente (saber si existe alguna disfunción familiar, si vive sólo, si tiene cuidador, etc.). También conocer si llega con algún tipo de deterioro cognitivo o si tiene limitaciones de autonomía. Cuando todo esto se pasa por alto, el paciente reingresa una y otra vez porque algo está fallando. Es importante ver al paciente como un todo”.

En cuanto a la coordinación, Badosa explica el sistema que siguen en su unidad: “Para llevar lo mejor posible a cada paciente que ingresa, lo que hacemos es contactar con la enfermera referente de su ambulatorio. De hecho, una vez a la semana nos reunimos con todas ellas para hablar de los pacientes que estamos llevando y consensuar cuál es el mejor seguimiento que se puede aplicar. De la misma manera, nosotros le transmitimos al ambulatorio toda la información que recabamos en el momento del ingreso. Es muy importante la comunicación entre los niveles asistenciales”.

Gracias a esa comunicación, el hospital ha conseguido, por ejemplo, que desde el ambulatorio visiten al paciente poco después de recibir el alta. “En los diez días posteriores al alta, aproximadamente, alguien ha contactado ya con el paciente, aunque sea telefónicamente. Así el paciente ve que está controlado porque intensificamos el seguimiento en el periodo en que hay más riesgo de que el paciente se descompense”, explica Badosa.

La enfermera certifica que todas estas medidas funcionan y han servido para reducir los reingresos. Además, en su trabajo diario se siente con total autoridad para tomar decisiones: “las enfermeras tenemos total autonomía para contactar con otros profesionales y activar los recursos que creamos convenientes, en coordinación con el cardiólogo correspondiente. A nivel personal es un trabajo muy enriquecedor”. 

 

Ana Muñoz

Contenido revisado en Marzo de 2024.
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